sábado, 4 de octubre de 2014

Capítulo 20



La cabeza me da vueltas, abro lentamente los ojos y descubro que está anocheciendo. No sé exactamente cuántas horas, días o incluso semanas he estado inconsciente. Al incorporarme noto un dolorcillo en la pierna y recuerdo lo sucedido, asustado, me dispongo a avanzar pero echo en falta algo…
Las mochilas han desaparecido, sólo tengo el manojo de cuchillos atado en el cinturón… Me levanto para ver si se me han caído por allí cerca, avanzo sigilosamente y doy con un claro, en medio de este encuentro el contenedor de comida arrojado por el suelo. Me acerco para ver si aún le queda algo pero está completamente vacío, el ladrón se lo ha llevado todo.
En ese momento, siento temor pero supongo que el ladrón habrá desaparecido lo antes posible, ya que podría haberme despertado en cualquier momento. Sin embargo, estoy equivocado.
Detrás de uno de los árboles que me rodean observo un destello esmeralda, me acerco al chico para ver si puedo negociar con él, mi apetito es más fuerte que el miedo.
El muchacho se asusta y empieza a correr, cada vez se va alejando más y más, y con él la comida que me garantizaba la supervivencia en este entorno hostil. A pesar de mis gritos no se detiene, le digo que vengo en son de paz pero ya es demasiado tarde.
Se oye un sonido agudo, como cuando se rompe un plato. El chico ha tropezado con una rama y se ha dado de bruces contra el suelo, el impacto de la caída ha sido tan intenso que ha provocado la destrucción de gran parte de sus huesos de cristal, y entre ellos las costillas que protegían su corazón.

Catching Fire